Después de cinco álbumes de metal progresivo que culminaron con Blackwater Park en el 2001, Opeth dio un giro difícil con Deliverance and Damnation. Deliverance se lanzó en el 2002 y adquirió un sonido más sombrío e inspirado en el death metal, mientras que Damnation salió en el 2003 y fue, de lejos, lo más limpio que Opeth había hecho jamás.
Nos preguntamos ¿cómo convenció el cerebro de Opeth, Mikael Åkerfeldt, a la disquera para que se arriesgara con dos álbumes experimentales de la banda? En una entrevista con Guitar World, revela que le dió uno gratis, sólo para que le dejaran hacerlo. Åkerfeldt también aconseja sabiamente a los jóvenes fans que no hagan lo que él hizo.
"Definitivamente quería que fuera un disco de Opeth. Antes de Blackwater Park no parecía que estuviera sucediendo mucho alrededor de la banda. Estábamos activos pero no hicimos giras ni teníamos mucho que ofrecer. De repente, todo eso cambió. Me di cuenta de que la gente sabía quiénes éramos. Tuve la idea de hacer dos discos, uno pesado y otro más baladista y tranquilo…
"Siempre quise hacer un álbum más relajado, pero al mismo tiempo nunca había imaginado que eso realmente sucedería. Así que propuse la idea de lanzar ambos juntos, y la respuesta de nuestro sello en ese momento fue un rotundo no. Solicitamos algunos ajustes a nuestro contrato: una hoja de papel adicional que decía que haríamos ambos por el precio de uno, contando como un solo álbum.
"¡Eso les dice lo mucho que quería hacerlo! Y, por supuesto, ellos dijeron que sí. Es una idea terrible para una banda hacer eso, jugarle el juego al sello, darles un lanzamiento extra a cambio de nada, e insistieron en fechas de lanzamiento separadas, pero así fue como obtuvimos luz verde".
Vale la pena señalar que Damnation acaba de cumplir 20 años en abril, lo que significa que todos nos estamos volviendo más grises a este ritmo.
