Cuando se trata de traspasar los límites de la música rock y emprender hazañas audaces, Metallica es una banda que no necesita presentación. Desde sus actuaciones electrizantes hasta sus esfuerzos filantrópicos, Metallica ha consolidado su estatus no solo como una banda de rock legendaria, sino también como agentes de cambio. Una de sus aventuras más memorables y únicas tuvo lugar en el 2013 cuando realizaron un extraordinario concierto benéfico en la Antártida, llevando su música icónica al continente de hielo mientras creaban conciencia sobre el cambio climático y la preservación del medio ambiente.
En una entrevista reciente con Conan O'Brien Needs A Friend, Lars Ulrich habló sobre este espectáculo tan increíble: "Fue una gran experiencia. Los miembros de la banda y todo nuestro maravilloso equipo y todos los ganadores del concurso nos quedamos juntos en ese rompehielos. Así que fue una verdadera experiencia comunitaria, todos comimos juntos y si alguien quería una bebida después del espectáculo, bajábamos al bar. Fue uno de los mejores viajes que hemos tenido".
"Hablando de reunir a diferentes nacionalidades, estábamos en un rompehielos ruso, anclados en una base de investigación chilena jugando con los ganadores del concurso de Coca Cola de Argentina, Chile y Brasil en un espacio que era quizás el doble de la sala en la que estamos ahora [una espacio pequeño]." La pequeña reunión fue elegida no por el tamaño de la multitud sino por el impacto global potencial. El evento también se transmitió en vivo a los fanáticos de todo el mundo, conectando a personas de todos los rincones del mundo con la música y por la causa.
Actuar en la Antártida presentó una multitud de desafíos logísticos que Metallica y su equipo tuvieron que superar. Desde lidiar con condiciones climáticas extremas hasta garantizar la seguridad de la audiencia y el equipo, cada aspecto del concierto requirió una planificación y ejecución meticulosas.
Para mantener la integridad del delicado entorno antártico, el equipo de Metallica funcionaba con generadores que funcionaban con una mezcla sostenible de combustible para aviones, lo que minimizaba la huella de carbono. El concierto en sí se llevó a cabo dentro de una cúpula transparente, lo que brindó una experiencia acústica única y al mismo tiempo protegió el entorno prístino: "Parte del trato era que no podíamos perturbar el medio ambiente; los pingüinos y toda la increíble vida salvaje allí abajo. Así que lo único se podía escuchar en esa tienda fue los tambores acústicos y la voz de James," comentó Ulrich
La actuación de Metallica en la Antártida trascendió el entretenimiento; fue una declaración sobre el uso de su influencia para un mundo mejor. Al resaltar la belleza y la fragilidad de una de las regiones más remotas y vírgenes del planeta, Metallica subrayó la importancia de la acción colectiva para combatir el cambio climático. Su dedicación a la causa se demostró aún más cuando donaron una suma significativa a la estación de investigación que visitaron, reforzando aún más su compromiso con la preservación del medio ambiente.
